Los cuervos son animales fuertes e inteligentes. Son supervivientes admirables y siempre están ligados a nuestra historia. Los mitos y la fantasía humana se han nutrido de estas aves prodigiosas. Su escandaloso vuelo pasa por la literatura, la pintura y la escultura humana con tanta profusión como las bandadas que sobrevuelan los sembrados. Su color, su aspecto y su voz nos impactan, son oportunistas y descarados y jamás nos dejan indiferentes.

En esta pieza he recurrido a todas las formas que me ayudaran a proporcionar dinamismo al conjunto.Cada cuervo vuela en una dirección distinta, he buscado diferentes planos para conseguir la máxima aproximación entre ellos. He curvado ligeramente sus cuerpos y he jugado con la ondulación de sus formas. Las alas ondean suavemente en toda su extensión, mostrando al mismo tiempo su potencia de vuelo, terminándolas en el abanico de plumas tan característico de los cuervos.Y así logro formar claroscuros que ayudan a recrear movimiento.

He enmarcado esta bandada con una guirnalda ovalada que contrasta con la aparente seriedad de los cuervos, proporcionando un soporte en el que juego con los espacios vacíos al mismo tiempo que logramos la comodidad del broche, impidiendo que los picos de las alas se enganchen al usarlo.